La gestión de los recursos humanos se compone de muchas tareas: llevar las tareas administrativas relacionadas con los trabajadores; guardar el registro horario de cada uno de ellos; aprobar las vacaciones de forma que la empresa no se quede sin empleados en un departamento; … Cuando son unos pocos empleados, estas tareas se pueden gestionar manualmente, pero en el momento que aumenta el número de empleados, el trabajo que esto supone crece exponencialmente. Al verse en esta tesitura, las empresas deben hacer una análisis sobre si les compensa seguir llevando estas gestiones manualmente, con aplicaciones independientes o si merece la pena invertir en un sistema de RRHH integral para agilizar estos procesos.
Por ejemplo, una empresa decide implementar su primer sistema de RRHH porque necesita mejorar la comunicación interna de la empresa. Muchos de los empleados trabajan por turnos y los horarios se mandan semanalmente al email. No obstante, sin un sistema de gestión de recursos humanos, si un empleado cambia de email, es nuevo en la empresa o se va de ella, esto provoca fallos en los envíos de email y los empleados no saben cuándo debían trabajar. Asimismo, cada semana el total de horas trabajadas son distintas, ya que se intenta cuadrar para que al final todos trabajen las mismas horas mensuales. Al desconocer la cantidad de horas ya trabajadas por empleado, los responsables terminan cuadrando turnos que hace que algunos trabajaran más que otros. Por ello, al final la empresa finalmente decide contratar un sistema de recursos humanos con cuadrante de turnos y portal del empleado . Así, si alguien se ausenta, se ajusta el turno automáticamente, de forma justa e informando claramente a los empleados afectados por el cambio.
Esta es sólo una de las muchas razones por las que una empresa decide contratar un sistema de RRHH. En el siguiente vídeo, una serie de responsables de empresas nos comentan cuáles fueron sus motivos decisivos para lanzarse a por su primer sistema de RRHH: